Soy consciente de que una boda es algo muy grande, con mucho estrés.
Lo veo a diario y sé que lo que menos te interesa es meterte en más problemas con las fotos.
Así que mi trabajo es, precisamente, evitarte eso.
Te voy a hacer las mejores fotos que puedes imaginar, sí, y lo haré casi sin que pienses en ello.
Para conseguirlo, necesito conocer quiénes sois de verdad, saber más sobre la idea que tenéis en mente, ya que cada boda tiene su propio latido.
Así, puedo adaptar mi forma de trabajo a tus carácter y necesidades.
Para que tus fotos hablarán de ti, de vosotros, de los tuyos, y de esos momentos que no verás durante la boda por el ajetreo, pero que agradecerás descubrir después cuando todo se calme.