Cuando una boda dura más de un día, hay algo muy importante: conocer a fondo cada detalle para que todo encaje.
Tendremos reuniones para comprender qué es importante para ti, compartir ideas y, si hace falta, también visitaremos los lugares de la boda.
A veces en esa visita descubrimos espacios que no se ven en fotos online: una escalera con historia, una sombra perfecta para un retrato, o un rincón donde la luz cae justo como queremos.
Además, me coordinaré con tus proveedores para que no tengas que estar pendiente de nada.
Que todo fluya sin interrupciones también es parte de mi trabajo.
Durante los días de la boda estaré a tu lado, pero sin que te des cuenta.
Y eso, créeme, da mucha tranquilidad.
No habrá poses forzadas ni indicaciones constantes. Solo estarás tú, tu gente, y los momentos que vais a vivir.
No tendrás que preocuparte ni por el número de fotos ni por las horas de cobertura.
Te acompañamos en todos los momentos sin mirar el reloj.
Tú solo tendrás que disfrutar.
Porque esos días, lo más importante no es la cámara…
Eres tú, tu gente y tu historia.